Los contratos swaps son instrumentos financieros que consisten en el intercambio de flujos de efectivo entre dos partes, con el fin de obtener un beneficio o una cobertura ante el riesgo. Estos contratos no tienen una regulación legal específica, por lo que se consideran contratos atípicos. A continuación, explicaremos las características principales de los contratos swaps y los aspectos legales que hay que tener en cuenta.
Modelos de contrato
Los contratos swaps pueden ser de diferentes tipos, según el tipo de interés, la divisa, el índice bursátil, el incumplimiento crediticio o la materia prima que se intercambie. El más común es el swap de tipos de interés, en el que una parte paga un tipo fijo y la otra un tipo variable, vinculado a un referente como el Euríbor. De esta forma, se pretende protegerse de las fluctuaciones del mercado y reducir el coste de financiación.
Los contratos swaps se negocian en el mercado extrabursátil (OTC), es decir, fuera de los mercados organizados. Esto implica que las condiciones del contrato se pactan libremente entre las partes, sin intermediarios ni supervisión. Por ello, es importante que las partes conozcan bien los riesgos y las ventajas de este tipo de operaciones.
Riesgos del modelo
Uno de los riesgos más importantes es el riesgo de contraparte, es decir, el riesgo de que una de las partes no cumpla con sus obligaciones. Esto puede ocurrir por insolvencia, quiebra o incumplimiento voluntario. Para evitar este riesgo, se suelen exigir garantías o avales a las partes.
Otro riesgo es el riesgo de mercado, es decir, el riesgo de que las condiciones del mercado cambien y afecten al valor del contrato. Por ejemplo, si el tipo de interés variable baja mucho, la parte que paga el tipo fijo puede estar pagando más de lo que recibiría en el mercado. Para mitigar este riesgo, se pueden establecer cláusulas de cancelación anticipada o renegociación del contrato.
La importancia de un buen asesoramiento legal
Desde el punto de vista legal, los contratos swaps plantean algunas cuestiones controvertidas. Una de ellas es la validez del consentimiento prestado por las partes, especialmente cuando una de ellas es un consumidor o un usuario. En estos casos, se exige que la entidad financiera ofrezca una información clara, completa y veraz sobre la naturaleza, el funcionamiento y los riesgos del producto. De lo contrario, se puede alegar vicio del consentimiento por error o dolo y solicitar la nulidad del contrato.
Otra cuestión es la posible existencia de cláusulas abusivas en los contratos swaps. Estas son aquellas que causan un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor o usuario. Algunos ejemplos son las cláusulas que limitan la responsabilidad de la entidad financiera, las que imponen comisiones o penalizaciones desproporcionadas o las que dificultan la cancelación o resolución del contrato.
Por todo ello lo mejor es contar siempre con el asesoramiento legal de gente formada en estos modelos como es nuestro caso en el despacho de Daniel Rivero Braña Avogado, especialista en resolver casos de cláusulas abusivas y reclamaciones de tarjetas revolving, gastos hipotecarios, concursos de acreedores, etc.
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